viernes, 10 de septiembre de 2010

RAZONES PARA FESTEJAR A MÉXICO

Razones para festejar a México

En esta ocasión me permito mostrarles este e-mail que me envío Alfredo H
donde profundiza sobre lo que tenemos que festejar en el bicenterio y centenario
¡VIVA MÉXICO!

Los mexicanos tenemos miles de razones para festejar el bicentenario
de la Independencia y el centenario de la Revolución. Sinceramente, no
se trata de lanzar fuegos pirotécnicos al aire en una noche estrellada
o lluviosa, sino participar activamente en la transformación del país
que todos deseamos.

Los mexicanos tenemos memoria, aprendemos de nuestros errores y,
aunque volvamos a repetirlos, seguimos aprendiendo. Sí, es verdad, hay
cosas del país que duelen y producen una tristeza profunda, pero
recordemos que México ha vivido momentos duros y difíciles y ha
logrado darle la vuelta a la tortilla. ¿Qué no podría darle otro giro
una vez más?... Pero ese giro no se da por sí mismo, requiere de
mexicanos dispuestos y comprometidos a voltear la masa del comal.

Los motivos de celebración pueden ser infinitamente más numerosos a
los que expongo y es posible que una gran mayoría esté de acuerdo
conmigo y hasta los complementen. Mirar hacia el futuro con pasos
firmes es posible con la participación de todos los mexicanos. Si no,
nos limitaremos a juzgar y a vivir la incertidumbre.

México es un país libre, con historia, es también nuestro hogar y el
de nuestras familias y amigos. No hay como llegar a casa, sentir el
olor a comida recién hecha y que te reciban con un plato de sopa
caldosa. Que llame tu cuate sólo para preguntarte cómo te sientes.
Estas son buenas razones para festejar porque a pesar de sus
problemas, como México no hay dos. Nuestro país promete y está lleno
de esperanza. Y si alguien piensa que es falso, pregúntense: ¿a quién
no se le enchina la piel cuando está rodeado de muchos mexicanos y
entonamos el himno nacional?... también reflexionen ¿dónde llevamos el
"¡Viva México!"?....

La abrumadora mayoría de los mexicanos nos levantamos para trabajar
por un país más justo, productivo y amable. Sabemos que no hay nada
como la marchanta de un mercado o un taco de frijoles refritos, que el
verdadero milagro es el fervor del pueblo hacia la Virgen de Guadalupe
y que el anciano más venerado es el ahuehuete del Tule; nos
tranquiliza la bendición de nuestra madre y la oración que hacemos
cada noche con nuestros hijos; motiva abrir la cortina de un negocio y
ver a los niños con su uniforme rumbo al colegio. Sabemos que la mejor
forma de decirle a una mujer cuánto la amas es con un trío y que la
dama más dichosa es la que despierta con una serenata de mariachis.
Los mexicanos siempre hemos estado juntos en los lanzamientos de
Fernando Valenzuela, así como en los goles de Hugo Sánchez y el
Chicharito Hernández, llevamos colgadas las medallas obtenidas en los
juegos olímpicos y la voz de Pedro Infante es también la nuestra.

Para quienes comparten mi sentir, el país más bello del mundo es
México y tenemos razón: Taxco merece una visita apasionada; el asombro
se encuentra en las momias de Guanajuato; las ballenas grises de Baja
California nos hacen sentir pequeños; el color rojo más intenso está
en el brillo de la Sierra Tarahumara; el Mar de Cortés es realmente el
acuario del mundo; las preguntas comienzan ante una cabeza Olmeca de
Tabasco y Veracruz; una vista aérea de la Mixteca parece un cuadro de
Francisco Toledo; de norte a sur florecen poetas; Coatlicue provoca
simultáneamente horror y admiración de su belleza; las piezas de barro
del Museo de Antropología parecen salidas de los hornos de los
alfareros actuales; no hay playas más hermosas que las de las costas
mexicanas; las ciudades virreinales fueron coloreadas por sus
canteras; la voz de los ancestros se escucha desde Paquimé, pasando
por Tzintzuntzan, Monte Albán hasta Calakmul; verdaderamente
Cuernavaca es la ciudad de la eterna primavera; las tumbas mayas
reflejan la grandeza de nuestro país; los mejores alcatraces son los
de Diego Rivera; las ciudades mineras resaltan por su caótica
urbanización ordenada; la mejor cobija es una ceiba de la selva
lacandona y los atardeceres parecen pintados por Rufino Tamayo.

México, además de su hermosura, tiene un alma que palpita y que se
refleja en nuestra solidaridad en cada colecta de la Cruz Roja; en los
bebés mixes que llevan una flauta en la boca antes de caminar; en las
grandes letras que hemos heredado; en el estado de Oaxaca que se
hablan más lenguas que en el continente europeo; en la geografía que
nos ha brindado una de las mayores biodiversidades del mundo; en los
empresarios mexicanos que compiten internacionalmente y ofrecen
millones de empleos; en que la Universidad Nacional Autónoma de México
recibe diariamente a cerca de 300,000 alumnos y junto con el Instituto
Politécnico Nacional y otras instituciones educativas fomentan la
investigación científica en nuestro país; en que los institutos
nacionales de salud son de los mejores del mundo; en saber que los Maristas y Jesuitas Salesianos, llevan más de 100 años educando a
niños y jóvenes mexicanos; en que el aroma más sugestivo es una
cazuela de mole hirviendo…y así, podríamos pasar horas enumerando las
emociones que nos regala cada rincón de la República Mexicana.

Hay demasiadas razones para festejar y la celebración consiste en
saber que tenemos mucho por hacer, que vale la pena trabajar por
México activa y permanentemente en la construcción del futuro. Se
trata de ejercer un compromiso voluntario y personal, sin acarreados.
Cada uno tiene una función importante y las voces internas saben bien
cómo lograrlo. La multiplicación es mayor que la suma, de ahí la
necesidad de unir voluntades. Recordemos que somos mayoría los
mexicanos que compartimos estos deseos.

Las responsabilidades son innumerables. No sólo señales culpables,
busca soluciones, actúa, ejerce tu voto y evita actos de corrupción.
Cada uno podemos y debemos ayudar a lograr el cambio. ¿No crees que es
necesario comunicar a tus hijos los valores y aprender de aquellos que
tienen otra cultura, una lengua distinta y tradiciones diferentes?...,
¿no sería más productivo destacar las virtudes de México que pasarnos
la vida quejando?... Si no conoces tu pasado y tu país no podrás
llegar lejos. Es importante participar en las actividades culturales
que fomenten la convivencia social, recreativa y deportiva. Acciones
pequeñas también transforman nuestro entorno, hagamos algo más que
separar basura; sembremos árboles y ahorremos agua y energía. La
participación de la sociedad civil es vital para lograr nuestros
deseos. No podemos olvidar que la base de nuestra economía sea la
pequeña y mediana empresa, ya que son las mayores empleadoras. Apoya
para que los avances tecnológicos permitan que ningún mexicano
prescinda de la educación media superior y superior, así como
programas que prevengan las adicciones. Exijamos policías y
autoridades eficientes y honestas. Valoremos la labor del ejército y
la marina de México.

Hay mucho por hacer, nuestro país requiere del talento de sus
ciudadanos. El tiempo corre y es hora de ponernos a trabajar con metas
a corto plazo.

¡Esta sí es una manera de celebrar a nuestro querido México!